Cuando la oxigenación se administra adecuadamente, existen los siguientes potenciales beneficios para el cuerpo.
- Aporte de mayor O2 a los tejidos lesionados
- Activación de la formación de vasos sanguíneos: microcirculación
- Reducción del edema
- Efecto bactericida y bacteriostático
- Cicatrización de heridas complicadas
- Preservación de tejidos comprometidos
- Estimulación de la formación de hueso nuevo
- Disminución de la vida media de sustancias toxicas
- Control del dolor crónico